25 de noviembre del 2020, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Que esta pandemia, no te haga olvidar otras pandemias que padecemos las mujeres.
Elegida esta fecha como el día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, las ASAMBLEAS FEMINISTAS ABIERTAS de CANTABRIA hemos decidido salir a las calles.
Porque esta pandemia no nos puede hacer olvidar otras pandemias que como mujeres venimos padeciendo desde siglos y siglos: el machismo ejecutado en sociedades patriarcales, capitalistas y coloniales que organizan nuestras relaciones sociales conforme a un modelo que discrimina por género, raza, clase y opciones de vida.
El impacto de las violencias machistas en nuestras vidas, se han agudizado más con la covid-19. El confinamiento facilita el control que ejercen los agresores, al tiempo que dificulta el acceso a los recursos existentes, más limitados e inaccesibles en situación de crisis sanitaria.
En lo que va de año, en España, 42 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas y 33 mujeres más por hombres con los que no mantenían ninguna relación afectiva, por ello no se contabilizan en nuestro Estado como casos de violencia de género, ni tampoco el asesinato de 2 niñas y 3 niños.
En este país además 1 de cada 2 mujeres, es decir la mitad de nosotras, han sufrido algún tipo de violencia machista en su vida.
La pandemia también ha agravado la situación de las mujeres privadas de libertad. No olvidemos a las presas, la mayoría por delitos menores y de las mujeres internas en los CIES (Centros de Internamiento de Extranjeros) encerradas sin haber cometido delito alguno. Exigimos el cierre inmediato de los CIES y la derogación de la Ley de extranjería por racista y criminal. Ningún ser humano es ilegal.
Las violencias machistas nos afectan a todas pero de forma diferente en función de nuestra clase social, de nuestro estrato migratorio, de nuestra edad, de si tenemos diversidad funcional, de si somos racializadas, gitanas, payas o trans. Especialmente vulnerables son las mujeres migrantes en situación administrativa irregular, cuya denuncia por violencia sexual puede suponer la detención y la expulsión. O las mujeres trans que sufren discriminación y humillación en todo el sistema judicial.
La violencia sexual se sigue ejerciendo, la mayoría de casos en ambientes cercanos, familiares, amigos, o conocidos, pero es la violencia menos denunciada, la violación sexual que ocurre en ámbitos abiertos como fiestas, barrios, o en grupo, como está siendo difundida en los medios de comunicación, ha demostrado que el sistema judicial está invadido de esos mitos patriarcales, cargados de estereotipos, donde lo que acontece es saber dónde estaba la víctima, cómo vestía o cómo era su sexualidad, desacreditando así a la víctima y arropando al agresor pues a ellos nunca se les pregunta. Necesitamos de una justicia que repare a la víctima, que escuche a las mujeres y se las crea.
Basta ya: exigimos reparación y justicia para todas. También que el rechazo a la violencia sexual vaya acompañado de cambios culturales, de relaciones, ideas y actitudes y nos lleven a conseguir ser dueñas de nuestros cuerpos. Por ello es una necesidad urgente que se incluyan en todas las etapas educativas, una educación afectivo-sexual sin estereotipos e inclusiva, que forme a la infancia y a la juventud en un mundo libre de relaciones violentas, posesivas y dominantes.
La pandemia también ha revelado que los trabajos, hasta ahora invisibilizados, desvalorizados o gratuitos de cuidados, ejercidos fundamentalmente por mujeres, son imprescindibles para la reproducción y el mantenimiento de la vida. Cruda ha sido la realidad que esta crisis ha demostrado en el cuidado de las personas mayores, situaciones que desde el feminismo venimos denunciando hace tiempo por las condiciones de trabajo de las personas que les cuidan.
Exigimos a los poderes públicos que aborden la crisis de los cuidados convirtiéndoles en una responsabilidad social compartida.
Por todo esto y mucho más, salimos a las calles, para decir basta a todas las violencias contra nosotras.
¡¡¡Nos queremos vivas, nos queremos libres!!!
